Cuando se cumplen 25 años de la emergencia prehospitalaria en Catalunya, el gerente del Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM), José Julián Isturitz, apuesta por la plena integración de este tipo de organizaciones en las estructuras de salud y de seguridad pública. Solo así, mediante la optimización de recursos y la coordinación con el resto de elementos del sistema, sumados a la formación e implicación de la sociedad y a ciertos cambios en el modelo organizativo, los sistemas de emergencias médicos ganarán la eficiencia necesaria para seguir salvando cada vez más vidas.
¿Hacia dónde camina el futuro de las emergencias?
Debemos continuar trabajando el concepto de sistema integral de emergencias, que tiene que unificar en un único proceso asistencial todos los niveles implicados en la resolución de las emergencias. Hablamos de sistema porque en la atención médica urgente el resultado es mucho más que la suma de sus componentes. Es un subsistema de un sistema mayor, que es el sistema de salud. Pero también forma parte del sistema de seguridad pública.
¿Y por qué integral?
La atención de la emergencia médica es un proceso con muchos elementos y nosotros participamos en una parte de esta cadena asistencial. Nuestro trabajo no consiste en desplazarnos al lugar del incidente, cargar al enfermo y llevarlo al hospital. Eso sería realizar únicamente transporte sanitario. Nuestra asistencia empieza desde el mismo momento en que recibimos la llamada del ciudadano. Acto seguido, la evaluamos siguiendo protocolos, asesoramos y luego intervenimos y evacuamos al paciente al centro sanitario correspondiente. El sistema de emergencias está, además, integrado, ya que forma parte del tejido sanitario; no es un cuerpo extraño de este.
¿Y es esta integración uno de les retos del sector?
Sí, porque aún nos falta mucho por andar en este sentido. A pesar de que la asistencia que ofrecemos es amplia y muy buena, debemos seguir trabajando para crear sinergias con el resto de estructuras del sistema de salud, para ganar eficiencia y optimizar recursos y esfuerzos.
Optimizar recursos, ¿cómo?
Por ejemplo, tenemos que definir el papel de los hospitales en el modelo de atención a las urgencias y emergencias sanitarias. Hay que decidir si queremos que el profesional que atiende la emergencia se integre en la estructura hospitalaria, o que sea un profesional del sistema de emergencias. Parece que, en general, se está tendiendo a integrarlo, aunque esto, como todo, tiene sus inconvenientes, ya que puede comportar un cierto desapego hacia el servicio de emergencias.
¿Y así se ganará eficiencia?
Así, e integrándose en el sistema de seguridad pública. En Catalunya ya hemos hecho el primer paso, con la implantación del 112. No podemos olvidar que este número es la vía de acceso que tiene que crear el sistema. Una vez dentro, nos permite optimizar recursos en la prestación de servicios, pero solo es una puerta de entrada. La gestión de la demanda de las emergencias por el 112 permite la activación, a la vez, de todos los cuerpos y servicios implicados en cada caso.
¿Cómo se puede implicar a la sociedad en este sistema?
A través de la formación, que es uno de nuestros retos más importantes en diferentes aspectos. Uno de ellos, y el más urgente ahora mismo, es fomentar la cultura de la atención de las emergencias médicas entre los jóvenes. No puede ser que los escolares terminen la educación obligatoria sin saber realizar una maniobra para liberar la vía aérea, la respiración artificial, cohibir una hemorragia o inmovilizar una fractura. Tienen que ser capaces de prestar una mínima atención mientras llegan los servicios de emergencia.
¿Y sobre la formación de los profesionales?
Tenemos una plantilla altamente cualificada, pero aún así, la incorporación de los técnicos de transporte sanitario a la formación profesional, por ejemplo, es muy reciente. Esto significa que estamos profesionalizando el sector, pero falta ver cómo evoluciona. Por otro lado, y con el objetivo de ofrecer mejor formación, en Catalunya tenemos como uno de nuestros objetivos la creación de la Escuela catalana de emergencias médicas para formar, de la mano de la universidad, a los profesionales del sector, tanto médicos enfermeros, técnicos de transporte sanitario, técnicos de coordinación médica, y, como no, a la población.
¿Serán necesarios más cambios en el modelo de la organización para adaptarse a este sistema integral de emergencias?
Hace falta adaptarse constantemente para ganar eficiencia. Actualmente, casi todo el transporte sanitario de Catalunya está profesionalizado, pero no hay un criterio oficializado. Tenemos que estandarizar protocolos y dimensionamiento y marcarnos un tiempo de atención normativo. Evidentemente, no lo podremos cumplir en todas las zonas, pero al menos que nos sirva para la mayor parte del territorio y de la población. También tendremos que replantearnos la idoneidad de que los sistemas de emergencias dispongan de recursos propios o ajenos. De momento, en España hay comunidades que siguen un modelo y otras, el otro. Tendremos que ver cuál es el mejor.
¿Habrá cambios en la composición de los equipos?
Posiblemente. Parece que la enfermería está retomando un cierto papel de liderazgo que ya tuvo durante los años 80. Desde principios de los 90, las ambulancias han sido lideradas por un médico y los enfermeros se han mantenido en un segundo plano. La situación actual de falta de médicos, junto con la evolución del papel de los diferentes roles de los profesionales que intervienen en la emergencia, tiene que hacer replantearnos el modelo. Tenemos que ver si determinados tipos de pacientes e incidentes pueden ser atendidos por profesionales de enfermería que apliquen unos protocolos establecidos y consensuados, bajo supervisión médica.
¿Cómo se gestionarán las emergencias en el futuro?
Tenemos que tender a una gestión integral de los sistemas de emergencias con un marcado carácter técnico. Se tienen que elegir gestores de emergencias con un gran conocimiento del sector, leales, capaces y con aptitudes y habilidades de liderazgo que desempeñen el rol de gestión que les corresponda. El futuro pasa por diferenciar gobernabilidad de gestión. Parece que la situación hoy en día va por ahí, y cada vez más gerentes y directores del sector son profesionales.
¿Veremos una colaboración más estrecha entre el SEM y otros sistemas de emergencias?
El establecimiento de un nexo laboral entre todas las comunidades de España es otro de nuestros objetivos. No tiene ningún sentido que un profesional sanitario que trabaja en el SEM no pueda trasladarse al sistema de emergencias de otra comunidad o viceversa, como ocurre con las urgencias. Necesitamos que haya trasvase de profesionales. Tenemos que aprovechar todo lo positivo que supone ser organizaciones descentralizadas, como somos, y acabar con la parte negativa. Una de las maneras de conseguirlo sería con la redacción y validación de un estatuto profesional del sector. Además, ya hace tiempo que colaboramos con organizaciones transfronterizas, como el SAMU francés, el Servei de Salut d'Andorra o el Servici Aranés dera Salut, con los que seguiremos trabajando y fortaleciendo las relaciones.
Como gerente del SEM, tiene muchos retos por delante...
La verdad es que sí. Tenemos mucho trabajo si queremos continuar estando en vanguardia de las emergencias y para ello, hace falta una adaptación continua al cambio. Queremos demostrarnos a nosotros mismos, al Departamento de Salut de la Generalitat de Catalunya y a la sociedad que el SEM es una organización dedicada y comprometida con la salud de las personas. Solo con el trabajo diario de todos y cada uno de los profesionales que la conforman podremos responder adecuadamente delante de situaciones excepcionales.
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